En primer lugar para poder llegar a esa afirmación hay que analizar las razones por las que se defiende el uso de de otro tipo de cierres.
La primera es el TCA. El TCA es un hongo que se instala en el corcho (durante la fabricación del corcho o incluso porque el contaminante esté en la misma bodega) que deja en los vinos un olor a humedad, a cartón mojado, hongos que arruinan los aromas naturales del vino. Los bodegueros favorables al cambio de modelo (suprimir los corchos) hablan como si este hecho pasara todos los días y que cuando pasa, partidas enteras se estropean.
Sobre la incidencia me gustaría destacar que a lo largo de mi vida se habrán abierto en mi presencia varios miles de botellas, solo en tres ocasiones, el vino estaba contaminado de TCA. No hay que confundir TCA con envejecimiento del vino, ya sea simplemente pòr el paso del tiempo como por mala vinificación, almacenaje, etc.
Sobre el tema de las partidas contaminadas decir que las tres veces que me ha sucedido, ha sucedido en catas y el resto de las botellas no presentaban defecto alguno. Cuando la botella contaminada se abra en nuestra casa, y no podamos devolverla, no necesariamente hay que tirar el vino. La propia naturaleza volátil del contaminante nos permite usar el vino para cocinar ya que se evaporará durante la ebullición, en el proceso de cocinado.
Mi conclusión personal es que el TCA en el vino es posible que suceda, pero poco probable, de alcance mucho más limitado del que dicen y que quizás no siempre se deba culpar al corcho de ello.
Con lo anterior deducimos que el corcho no es el demonio, pero ¿hay razones para usar el corcho?. He aquí unas cuantas que se me ocurren.
Permiten la evolución natural del vino a través de la microoxigenación. Esta evolución forma parte del ciclo normal de todo ser vivo, como debe ser un vino de una calidad mínima.
El corcho es un agricultura sostenible, biodegradable, no produce casi ninguna contaminación en su fabricación y es reciclable. Os recomiendo que miréis en youtube videos sobre como reciclar corcho pero ya a nivel más industrial, se está utilizando para hacer tablas de surf.
Enlazado con lo anterior, se puede igualmente afirmar que el corcho es más caro económicamente, pero no lo es es en términos medioambientales, ya que tanto la fabricación de un tapón de rosca como uno de silicona, son más contaminantes.
Somos el número dos mundial (nuestros primos portugueses, el número 1) en la producción de corcho, con una facturación en 2012 de 350m de euros, con las implicaciones que eso tiene a nivel de empleo, que cobra mucha más importancia por tratarse de un entorno rural.
Quizás menos importante, pero no por ello despreciable, forma parte de nuestro paisaje y del ecosistema de la dehesa que también es una fuente de riqueza rural de alto valor, no solo económico, sino también ecológico.
Todo lo expuesto anteriormente debería haberte convencido de que rechaces las botellas que no tengan corcho, pero por si acaso te queda alguna duda te dejo una pregunta: crees que si australianos, yanquis, sudafricanos, etc fueran potencias mundiales corcheras, ¿sus vinos seguirian viniendo con tapón de rosca?…. pues eso, no seamos tontos, defendamos lo nuestro que en esta ocasión es además, lo mejor en calidad y lo más positivo para el bien común, casi podríamos decir de todo el planeta.
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